miércoles, 26 de marzo de 2008

Mil comedias no hacen una realidad

¿Por qué a mi nunca me pasa ir a un casamiento y conocer a un James Marsden o Dermot Mulroney?

En todos los casamientos que voy los únicos hombres solteros que quedan son pelados, gordos, transpirados, en un estado de ebriedad versión 2.0, tirando pasos desbaratados, con la corbada anudada en la frente cual quinceañero virgen en sus primeras fiestas. Y eso si es que queda algún soltero.

Claramente acabo de torturarme con otra nueva comedia romántica, “27 bodas”.
Lo que me lleva a preguntarme en qué se inspiran los escritores de las comedias románticas, que, seamos sinceros, para los que seguimos esperando que nos pase alguna de esas situaciones, la comicidad dejó de ser tal hace rato, y ya podríamos renombrar el género como: ciencia ficción…. Ah no, ya existe… bueno … Fantasía…. No no, tampoco…. Dejémoslo sólo en: Paliativos para la ilusión. O como algunos por suerte ya lo llaman: Romance. Ridículo, torpe, irreal, tonto, clásico, soñado y anhelado romance.

¿A alguna de ustedes les pasó alguna vez esas historias que ya se han convertido en mito o leyenda de: lo conocí en un tren, en la cola del banco, en el bautismo del hijo de una amiga que fui de casualidad, en un micro o en un avión, en un local de ropa? ¿Alguna es protagonista de una declaración al estilo: Realmente Amor, Jerry Macguire, Tienes un e-mail (no voy a repetir Cuando Harry conoció a Sally)? ¿Cuántas veces les regalaron orquideas, globos, anillos con brillantes? ¿Cuántos hombres han vuelto pidiendo perdón, reconociendo grandes errores y pequeños traspiés, reclamando el amor de sus vidas, aquel sin el cual todo pierde sentido?

Claro que no. Porque como dije: son mitos. La palabra "
mito" deriva del griego mythos, que signfica "palabra" o "historia". Si vamos a una simple definición: es un conjunto de creencias e imágenes idealizadas que se forman alrededor de un personaje o fenómeno y que le convierten en modelo o prototipo.
Focalicemos en: “creencias”, “imágenes idealizadas”, “fenómeno”.
Todo apunta a lo irreal.
De hecho otra definición cita: narración fabulosa o imaginaria que intenta dar una explicación no racional a la realidad.

El mito se extiende, se hace carne. El mito pierde los márgenes y límites con la realidad. Hasta que uno pierde la verdadera noción. Hasta que uno cree que el mito es posible. Hasta que uno comienza a esperar y a vivir como si todo aquello fuera posible. Se reproduce. Se multiplica. Se aferra a la cotidianeidad. Se dibuja, adquiere forma. Ocupa un espacio. Se apodera. Y se queda ahí.

Yo escucho historias de gente a la que le han pasado justamente las historias más inverosímiles. Pero nunca llego a conocer esa gente. Parece que estuvieran en el grado 6. Nunca son de primer o segundo grado.

Así que por favor, si alguien tiene una de primera mano, aquí les dejo el espacio….

Para saber si todavía, debo conservar las esperanzas.

lunes, 10 de marzo de 2008

Extrañándote

¿Se puede extrañar algo que todavía no pasó? ¿Extrañar es simplemente añorar momentos vividos, o es desear vivir los que todavía no pasaron? ¿Hay un tiempo reglamentario para que se pueda comenzar a extrañar, o se puede extrañar la ausencia después de sólo un momento?

Creo que crear ilusiones de lo que uno desea que alguna vez sea un hermoso recuerdo es una manera anticipada de extrañar lo que aún no tenemos. Creo que recordar intensamente los encuentros felices es estar deseando que puedan repetirse. Creo que extrañar es simplemente el sentimiento latente de algo que sucedió, no importa por cuanto tiempo, suficientemente significativo para quede vivo, respirando, deseando, esperando volver a aparecer. Un lugar, una persona, un espacio, un tiempo. Todo junto. Todo por separado. Es el hueco, el vacío, la falta, la carencia, la necesidad. Es sencillamente desear que algo que no está… esté.

Se puede extrañar con una sonrisa, con esperanza, con desazón, con dolor, con angustia, con lágrimas, con asfixia, con pudor, con remordimientos, con culpa, con locura, con pasión, con desgarro, con ansiedad, con amor.
Y también sin consuelo, sin razones, sin permiso, sin respuestas, sin saberlo, sin esfuerzo, sin ganas, sin decirlo, sin deberlo, sin asumirlo, sin quererlo.

Entonces, otra manera de decir te extraño es decirle a alguien: ojalá estuvieras aquí para colmar este vacío. Este infinito espacio en que quisiera que estés. Fundando recuerdos que añorar en el futuro. Porque se que fueron breves los momentos en los que acuñé tus besos, caricias, sonrisas, miradas, abrazos, encuentros. Pero también sé que hoy comienzo a extrañar todos aquellos que podríamos estar viviendo mientras no estés aquí. Mientras te siento lejano. Mientras espero que sólo por un tiempo, no estés conmigo.

lunes, 3 de marzo de 2008

Broma pesada

Es increíble como a veces la persona indicada viene en el envase incorrecto, en el momento equivocado y sobretodo desfasado en el tiempo.
Una espera conocer a alguien que sea de tal o cual manera, y muchas veces piensa que jamás va a encontrarlo, pero se aferra a la fantasía, la vuelve realidad en sueños, y la busca incansablemente por la vida.
Entonces, esa misma vida, jocosa, despiadada y aburrida decide tendernos una trampa. Nos dice: aquí va el que tanto esperabas.
Un hombre colmado de caricias, de frases de amor, de canciones románticas, de abrazos enormes, de risas imprevistas, de encuentros espontáneos. Un hombre que exuda sexo, que enciende la química, que transpira pasión. Y sin importar todo esto, simplemente un hombre, que cuando recordás, te hace esbozar, sin quererlo, una sonrisa.
Pero claro, como no podía tenerlo todo, lo metió en un cuerpo diez años menor.
Y todo lo perfecto, se transforma en una broma pesada del destino.
Porque, por supuesto, la diferencia se nota según en que momento uno se encuentre. Pero para no dejar detalle librado al azar, también se encargó de que no fuera el adecuado.
Escucho su risa a mis espaldas mientras escribo. Y una vocecita cruel que dice: “casi.. pero vas a tener que seguir esperando”.