viernes, 25 de abril de 2008

What if...?

¿Cuántos “what if…” tienen dando vueltas por ahí?


What if…. No hubiese dejado a ese chico, what if… no hubiese renunciado a aquel, trabajo, si no se hubiese muerto mi papá, si hubiese elegido mejor a los hombres de mi vida, si hubiese ido a otra facultad, si… si ... si
Cada si…, hubiese creado un camino distinto, y luego otra decisión que tomar, y otro camino distinto. Quizás hubiese sido un atajo, quizás un recorrido sinuoso, quizás uno sin salida. Es como “Elige tu propia aventura”. Un si… no cambia una cosa que no nos haya gustado, o que hubiésemos hecho distinto. Un simple si… hubiese cambiado todo.
Hubiéramos sido otros, conocido a otras personas, vivido otras experiencias. Y nuestra vida, tal como es, no hubiese existido.
Entonces sí, seguramente hubiésemos tenido cosas mejores. También peores. Lo único que tenemos por seguro es que no seríamos esta persona que nos llevó, toda esa vida que a veces nos cuestionamos, ser.
Y quien sabe si no nos gustaría mucho menos la persona que hubiésemos llegado a ser eligiendo cualquiera de las otras opciones.
Si estamos aquí es por algo. Es irreversible. Así que sólo nos queda pensar a dónde queremos llegar, en qué queremos convertirnos, cual es esa persona que elegimos a cada minuto ser, para que en nuestros próximos “what if” tomemos la decisión correcta. Y el what if… deje de ser, cuando ha pasado el tiempo, un cuestionamiento, porque pase lo que pase, uno toma le mejor decisión posible en el momento en que se encuentra.

miércoles, 23 de abril de 2008

En mi cama una cualquiera....

No se si esta discusión tiene una resolución. No se si hay alguien que vaya a tener razón. El enunciado parece simple, la conclusión también. Pero a fin de cuentas, no lo es.

Si una mujer se acuesta muy rápido con un hombre, entonces, no la pueden tomar en serio.

¿Prehistórico pensarán algunas? Bueno amigas, lamento comunicarles que todavía quedan unos cuantos Neandertal viviendo entre nosotras.

¿Cuál es el momento en que una puede dejar de fingir que no tiene ganas para poder finalmente estar con alguien? ¿Cuál es el límite vago e impreciso entre el muy pronto y el momento justo? ¿Justo para quién? De hecho, ¿es justo que debamos reprimirnos en nombre del decoro que quedó anticuado allá lejos y hace tiempo?

Los hombres que claman ya no ser machistas, esos que a veces se la tiran de modernos, los que corren mujeres por cada rincón con el único fin de acostarse, son los mismos que luego proclaman: “si te acostás en la primera, segunda, tercera (no se hasta que número llegan algunos)… no te van a tomar en serio”. “ningún hombre proyecta con una mujer que se llevó a la cama en las primeras veces” “tenés que hacerte desear”.

Ese hombre que busca una mojigata, después quiere que te conviertas en una puta en la cama. ¿Por qué no vale ser una “puta” desde el principio? ¿Por qué el hombre tiene derecho consensuado de poder querer sexo todo el tiempo, de demostrar sus necesidades, sus ansiedades, sus deseos, y las mujeres debemos esperar a que ellos tengan ganas de que nosotros tengamos ganas?

El hombre dice: “si yo la quiero para tener algo en serio tampoco intento que pase nada la primera vez”.
¿Alguien puede explicarme cual es la relación entre una cosa y la otra? Porque realmente… por más que trato… por más que me lo explican… no lo entiendo.

¿Que tiene que ver la seriedad con el sexo? ¿De hecho no se supone que debería ser divertido, desprejuiciado, libre? ¿Por qué el tiempo que una mujer manipula claramente la espera tiene que ver con la posibilidad de que sea una novia? ¿Si a la familia no le van a andar contando cuando se acostaron? ¿Es simplemente uno de los bastiones que le quedan al machismo: decidir sobre el sexo de la mujer?

Muchas preguntas, ¿no? ¿Y las respuestas?
Hice una encuesta, y a la única resolución que he llegado es que: no es cuestión de edad, hay tantos hombres grandes como chicos con prejuicios.

Yo se que no quiero un hombre que piense así al lado mío.
Bueno… un hombre que piense así, no estaría al lado mío…
Y no es por que enarbole la bandera del feminismo, es porque sinceramente, creo que es un prejuicio cultural sin sustento lógico ni racional, que debería quedar en desuso.

Que simplemente se besen, se desnuden, se deseen, se disfruten, se conozcan, cuando lo sientan, sin tener que contenerse, ni refrenarse, ni reprimirse, ni reprenderse.

Porque esperar un mes, dos, diez citas, o veinte, no te hacen menos puta, menos loca, menos infiel, menos novia, menos madre.

Y el tiempo dirá… si esa mujer con la que se acostaron al minuto, a las horas, a los días de conocerse, es una buena mujer, que lo cuida, que lo quiere, que se entrega, que lo desea, que lo acompaña, que lo estimula, que lo incentiva, que lo divierte, que lo excita, que lo calma, que lo entiende, y con quien puede tener una relación "en serio". Ya que estas deberían ser las bases reales para enamorarse.

Porque después de todo… el sexo… es lo que nos hace justamente mujer.