sábado, 3 de mayo de 2008

K ces? Hblmos? Dnd tas? Kres?

Los SMS son una mierda.
Sí, tal vez mi afirmación es demasiado categórica.
Ese lenguaje particular repleto de Kas, carente de vocales, acotado, sin matices, sin adjetivos que destruye la gramática es la nueva manera de conversar, de comunicarse, de estar sin estar.

Este medio no hace más que quitarle personalidad a una comunicación. Es un activador de la ansiedad para las mujeres. Es una protección invisible para los hombres.
¿Cuánto más fácil es arreglar una salida por mensaje? Dos o tres frases, sin seducción, sin gestos, sin miradas. Pim, pum, pam, listo. Directo y al grano. Sin tener que recurrir a una conversación fluida, a frases ingeniosas, a tratar de convencer o por lo menos incitar. A través del mensaje es: “sí o no. La decisión queda en vos. Si decís que no, me escondo tras el teléfono, sin vergüenza, sin remordimiento, sin cuestionamientos. Ya está. Puedo hacer que nada pasó”.

Ojo, que también está el eterno mensajeo sin ningún fin concreto. Que tiene su “galantería”, pero resulta exasperante. Porque después de 20 smses de ida y vuelta, uno espera un: “bueno, ¿nos vemos?”. Y resulta, que el próximo mensaje nunca llega (suelen dejar las conversaciones a la mitad sin respuesta), o es un “besos”, que no responde a ninguna de nuestras últimas preguntas.

Pero las mujeres, ¿cuántas veces hemos estado con el teléfono en la mano esperando que suene, un clásico bip, para decirnos que ha llegado el ansiado mensaje? Los guardamos, los releemos, se los mostramos a nuestras amigas para descifrar que significan 20 letras agrupadas, las llamamos en el medio del ida y vuelta para definir en una conferencia tripartita qué contestamos. Hacemos un concilio para tratar de encontrar un sentido oculto que no existe.

Ellos lo usan porque justamente tienen que pensar menos. Nosotras más. A nosotras la conversación nos sale espontáneamente, es nuestro medio. En cambio ellos encontraron la herramienta justa donde no tienen que desplegar sus encantos. Donde no tienen que arriesgarse, ni exponerse, ni enfrentarse.

Porque asumámoslo: los hombres son simples. Y encontraron en la simpleza de los mensajes un nuevo lenguaje. Ellos no quieren decirnos nada más que lo que dicen esas dos palabras. Y nosotras queremos agregarle a eso todo el abecedario.
Nosotras pensamos 10 minutos cada respuesta, eligiendo cautelosamente las palabras, sabiendo que no hay tono, o gestos que acompañen para que se interpreten mejor. Y ellos, al igual que en el cara a cara, dicen las primeras palabras que les viene a la mente, sin ponerles un fondito de color siquiera.

Así que yo diría, que antes que nos volvamos locas, pensando, elucubrando, descifrando, buscando y esperando, la próxima respuesta escrita, debería ser: LLAMAME.

7 comentarios:

Hagamos Ohm dijo...

Por suerte en mi época no existía el celular, y los chicos tenian que dar la cara (y la voz), para arreglar una salida, etc..

Creo que si tuviera que vivir todo el asunto del "levante", y el trámite, vía celular, me muero del embole, y al tipito le doy el felte enseguida.

Besos!

Anónimo dijo...

no somos simples, es que ud. son muy claculadoras

Ciandra dijo...

Completamente de acuerdo, odio los mensajes de texto en cualquiera de sus manifestaciones y ni que decir de la radio(nextel), es como si hablara desde la guerra, en clave morse, se pierde la conversación, el intercmabio de ideas.
¿o será que ya estamos en los treintas i esto se adecua más a los adolescentes?

Duckiepi dijo...

Una visión diferente desde aquí…

Considero que lo que producen los mensajitos de texto –incluídos mails / conversaciones de chat- es una gran frustación cuando lo que dicen no es lo que queremos escuchar, cuando no podemos agregarle nuestras subjetividades / "deseos de" a aquello que no queremos aceptar (no podemos inferir, por ejemplo, que si bien nos dijo que no, igual por el tono de su voz o su sonrisa nosotras nos dimos cuenta que en realidad quiso decir que sí / tal vez… ; o que porque nuestras miradas se cruzaron un instante, él estuvo toda la noche pendiente de nosotras… aunque en realidad ni nos dirigió la palabra, ni notó nuestra presencia). Cuando es así, cuando se nos pasa la alegría de haber recibido un mensajito de él porque vemos esas palabritas que nos nos gustan en la pantalla del celular –o porque no recibimos mensaje alguno-, sentimos que su respuesta tiene un halo de impunidad inapelable, que no hay nada que podamos hacer para que la realidad se acerque un poco más –o al menos un poco– a nuestro deseo o a nuestra respuesta ideal -esa así tal cual la estábamos esperando desde el momento en que le enviamos el primer mensaje o le dimos nuestro número de celular -. La pregunta que me queda, entonces, es si el eje en esta cuestión son los SMS como protección invisible para los hombres o si es que, pasada la ansiedad que sentimos al vernos desprovistas de esos mecanismos de confort que tan fácilmente armamos al resignificar las palabras verbalizadas y actitudes del otro, no somos capaces de aceptar la realidad que se nos impone, que no es nada menos que lo que el otro realmente quiso –o no quiso- decir? Tal vez seamos nosotras quienes perdemos esa protección invisible que teníamos y no ellos quienes se la adjudiquen ahora; tal vez los SMS, con todo su carácter impersonal y parcializador, resulten tan incisivos por ser justamente más directos, estar desprovistos de nuestros filtros y por que nos dejan sin reacción ante el deseo o la voluntad del otro, que no siempre es la que imaginamos, que no siempre podemos resignificar desde nuestras expectativas e ilusiones preexistentes…

Saludos! Me gustó mucho tu blog Sole.

Anónimo dijo...

Yo empecé a usar el LLAMAME con mi ex.

Me jode que cada vez que hay que arreglar algo de los chicos me mande SMS que no se entienden y encima me obligan a mi estar pendiente de conversaciones que se hacen eternas y a gastar plata en devaneos ajenos.

Si tiene algo que decir, que llame y punto!!

Me gustó el blog. Sigo leyendo!!

Christian von Rölla dijo...

hagan como ni chica.....ni me los contesta........ les aseguro que es la peor venganza del mundo....

bicla dijo...

que geniaa!! totalmente ... habria que hacer eso ultimo !